Visitando el blog de flores en el atico, he rescatado este reportaje del mes de febrero:
Reciclar para iluminar
Seguimos con "la cosa" ecología bueno, esta vez más del reciclaje.
El diseñador reciclador inglés Stuart Haygarth ha ideado varios modelos de lámpara con la particularidad de que están compuestos exclusivamente con material reciclado y de desecho.
Son espectaculares aunque no creo que vayan a ser comercializadas masivamente, por ahora son instalaciones artísticas de las que se han editado un pequeño número de ejemplares. No seré la única que al ver semejantes piezas le entren ganas de construirse las suyas propias.
Empiezo por la más llamativa la Tide Chandelier del 2004. Impresiona por su enorme tamaño 152 cm de diámetro lo que la hace imposible de colocar en mi atiquito.
Está formada por miles de objetos de plástico transparente de colores rescatados de la costa del condado de Kent. Limpios se han suspendidos de imperceptibles hilos hasta conformar una esfera gigante de llamativos colores.
Se han editado 20 unidades, una de las cuales ha sido colocada en el escaparate de Comme des Garcons de Londres
Una versión mas manejable de esta lámpara es la Millennium Chandelier fabricada con pequeños objetos que explotan (no se exactamente qué son) y que fueron encontrados en las calles de Londres en las celebraciones del nuevo milenio.
1000 unidades en 5 colores de estos "Party Poppers" conforman la lámpara tan liviana que un ligero golpe de aire mueve todas sus piezas armoniosamente.
Es interesante ver otras versiones de estos modelos como los fabricados con gafas para el Design Museum de Londres o el de pelotas de goma para las tiendas que la marca de maquillajes Mac tiene en New York.
En la lámpara Disposable Chandelier se utilizan copas de plástico idénticas, 416 o 100 dependiendo del tamaño de la pieza que se unen formando un cilindro dentro del cual se inserta una luz fluorescente.
Con el mismo concepto de aprovechar cosas usadas en la Shadey Family se reutilizan tulipas compradas en tiendas retro o cutres y que al colocadas unas junto a otras adquieren una sorprendente modernidad.
Algunos manitas entre los que me incluyo se podrían atrever a fabricarse alguna parecida rescatando las viejas lámpara del desván de la abuela.
Otra versión que también flirtea con lo vintage consiguiendo un efecto ultra moderno es la Aladin, una "vitrina-mesa-lampara de suelo" que consiste en una urna de cristal dentro de la cual se han metido aleatoriamente objetos transparentes sin más relación que la similitud del color de su cristal. Estos objeto al ser iluminados se convierten casi en joyas de color ambar, verde, magenta o blanco. Irresistible.
Esto si que es saber aprovechas y rentabilizar las cosas inservibles. Seguro que el precio de cada pieza no hace honor al material de deshecho con el que están fabricados, pero ¿cómo se valora la paciencia que hay que tener para fabricar cada pieza artesanalmente?. Eso no tiene precio.
Etiquetas: arte, iluminación, materiales, objetos, reciclaje
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